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Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema Agroalimentario

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Last updateJue, 27 Sep 2018 9am

Acordar la paz en Colombia

Acordar la paz en ColombiaAcordar la paz en Colombia, comprende la solución política al conflicto social y armado que vive el país desde hace más de 50 años como continuidad de las diversas guerras que Colombia ha tenido a través de su historia. Para ello el Estado debe modificar el actual marco para la paz y dar reconocimiento político a las fuerzas insurgentes, garantizar el libre ejercicio de su actividad política e iniciar las conversaciones de paz sin condiciones bajo mediación internacional de algunas naciones que hacen parte de Unasur como Brasil, Argentina, Uruguay, Venezuela y Ecuador. Se debe alcanzar, como fruto de la negociación, una tregua indefinida entre las partes y firmar el acuerdo de paz que contiene, entre otras cuestiones, la amnistía general para mandos y combatientes insurgentes, la desmilitarización de la sociedad, la radical reducción del gasto militar del Estado, así como del pie de fuerza de las fuerzas armadas, crear una nueva policía civil, suprimiendo la actual policía contrainsurgente y militarizada, acabar con la propaganda militarista suprimiendo los medios de comunicación de las fuerzas armadas y la propaganda de guerra dirigida a la población y desmontar totalmente el paramilitarismo, castigando a los responsables, instigadores y beneficiarios de sus crímenes.

Acordar la paz y Conquistar la Democracia en Colombia

1.La oligarquía financiera imperialista, dueña de los bancos y principales multinacionales que controlan la economía, la política y la vida social, cultural e ideológica en la mayor parte del planeta, con su epicentro principal en los Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, son responsables de la crisis global que afecta al 99% de la población, quitándole sus derechos, incrementando la explotación, la precarización y expropiación, profundizando el hambre, la miseria, la represión y la exclusión.

2.Junto a la oligarquía financiera colombiana, terratenientes, la corrupta burguesía burocrática y la lumpen burguesía narco-paramilitar, han creado una histórica crisis para Colombia, que se expresa en crisis política, cultural, moral, ética y económica -no para los ricos, pero si para las mayorías-, en fin, crisis como nación, pues la burguesía no ha logrado construir un proyecto nacional viable. Dicha crisis, profundizada por la ultraderecha narco paramilitar fascista, impulsora de la política terrorista de seguridad democrática, confianza inversionista y cohesión social, ha arrastrado a 30 millones de colombianos a la pobreza, 12 millones a la indigencia y ha hundido al país en una interminable guerra, que ha costado en los últimos años al menos 300 mil muertos, 50 mil desaparecidos y 5 millones de desplazados.

 

3.Los grupos financieros imperialistas –monopolios financieros y transnacionales- han incrementado a niveles gigantescos el saqueo de la riqueza de Colombia, usando para ello el modelo neoliberal. Representando en giro de utilidades, pago por deuda externa y exportación subrepticia de capitales alrededor de 30 mil millones de dólares anuales. En esa orgia destructiva siguen eliminando los derechos de los trabajadores, aumentado la opresión política, aniquilado las comunidades campesinas, indígenas y afro descendientes, destruyendo y apoderándose de regiones enteras de Colombia, acabando ecosistemas enteros.

4. La intervención económica, política, militar, ideológica y cultural del gobierno de los Estados Unidos ha sido fundamental para mantener el actual estado de cosas. Su apoyo financiero y asesoramiento militar a través del plan Colombia, que ha costado a los contribuyentes colombianos alrededor de 3.500 millones de dólares y a los de los Estados Unidos casi 7.000, ha profundizado la explotación del país y de los trabajadores colombianos, aumentado la violencia sobre la población e incrementado la dependencia.

5. La política de las clases dominantes en Colombia es abiertamente antidemocrática y contrarrevolucionaria. Se sustenta propagandísticamente en la "lucha contra el terrorismo", la cual rechaza cualquier posibilidad de negociación de la paz. En verdad, esas fuerzas aspiran a la rendición no sólo de las fuerzas insurgentes sino también de la oposición y de las mismas organizaciones sociales.

6. Los Estados imperialistas, particularmente Estados Unidos, siguen promoviendo golpes de Estado y derrocando gobiernos en América Latina –caso Honduras y Paraguay-, Asia –caso Libia y ahora Siria- y África. Esta política corresponde a los intereses de la oligarquía financiera de esos países, que pretende no solo apoderarse de sus recursos naturales y de sus mercados, sino también controlar zonas geopolíticas estratégicas.

En ese marco, este evento resuelve:

A.Desarrollar una campaña nacional e internacional que se oponga tanto a esas políticas como a la guerra y apoyar las luchas que llevan a cabo los pueblos y organizaciones sociales en el mundo contra las políticas neoliberales.

B. Esa campaña contempla trabajar con toda la población para superar la crisis nacional y contribuir a combatir las políticas imperialistas, que han generado la crisis global. Afirmamos, entonces, nuestra voluntad internacionalista y nuestro apoyo a los pueblos que luchan contra las causas y los efectos de dicha política.

C. Para superar la crisis nacional, pasa por la organización un gran movimiento nacional de base por la paz, que tenga un grande apoyo internacional. La bandera de la paz debe ser asumida por los movimientos populares. Si ellos no se interesan por el problema no hay presión desde abajo para que haya una solución política a la crisis nacional. Dicho movimiento hay que desarrollarlo en todas las regiones, departamentos y municipios del país con la participación de todos los sectores sociales –trabajadores, artesanos, capas medias, campesinos, indígenas, mujeres, afro descendientes, jóvenes, estudiantes, intelectuales y profesionales, migrantes, cristianos progresistas, personalidades democráticas y organizaciones políticas. Tendrá, en su estructura organizativa, un comité nacional de impulso, comités departamentales y municipales y equipos de finanzas, formación y propaganda. Dicho movimiento debe desarrollar un gran debate que desemboque en un Foro Nacional Democrático, expresión de formas alternativas de poder, que legislan para las mayorías en función de superar la crisis nacional.

D. La propuesta del movimiento nacional por la paz y la democracia versara sobre los siguientes aspectos:

1.Acordar la paz en Colombia. Comprende la solución política al conflicto social y armado que vive el país desde hace más de 50 años como continuidad de las diversas guerras que Colombia ha tenido a través de su historia. Para ello el Estado debe modificar el actual marco para la paz y dar reconocimiento político a las fuerzas insurgentes, garantizar el libre ejercicio de su actividad política e iniciar las conversaciones de paz sin condiciones bajo mediación internacional de algunas naciones que hacen parte de Unasur como Brasil, Argentina, Uruguay, Venezuela y Ecuador. Se debe alcanzar, como fruto de la negociación, una tregua indefinida entre las partes y firmar el acuerdo de paz que contiene, entre otras cuestiones, la amnistía general para mandos y combatientes insurgentes, la desmilitarización de la sociedad, la radical reducción del gasto militar del Estado, así como del pie de fuerza de las fuerzas armadas, crear una nueva policía civil, suprimiendo la actual policía contrainsurgente y militarizada, acabar con la propaganda militarista suprimiendo los medios de comunicación de las fuerzas armadas y la propaganda de guerra dirigida a la población y desmontar totalmente el paramilitarismo, castigando a los responsables, instigadores y beneficiarios de sus crímenes.

2.Conquistar la democracia. Sin construcción democrática es imposible la paz. Tanto el Movimiento por la Paz y la Democracia como los acuerdos de paz deben conquistar un Estado democrático, que sea garante del ejercicio de las libertades políticas básicas en Colombia, como la libertad de organización política y social, posibilitante de que cualquier colombiano pueda asociarse al partido político u organización social que quiera sin que ello tenga como consecuencia la amenaza, la persecución, el encarcelamiento, la tortura, la desaparición o el asesinato. Ello implica la modificación de la actual ley de conformación de partidos políticos, que restringe la posibilidad de crearlos, cambiándola por una nueva ley que permita organizar partidos a todos los que lo quieran hacerlos. Igualmente, el Estado debe garantizar la libertad de movilización a todas las fuerzas políticas y sociales. En ese sentido, la actual ley de seguridad nacional debe ser eliminada y en su lugar debe haber una ley de garantías democráticas que protejan las justas reclamaciones de las mayorías. Igualmente, se debe proteger la libertad de expresión, eliminando el actual monopolio que ejercen los grandes grupos financieros sobre los medios de comunicación. Se debe, además, instaurar un nuevo sistema de justicia que acabe con la impunidad, la corrupción y la protección a los pudientes.

3.Realizar las reformas económicas necesarias para profundizar la paz. Colombia necesita de un nuevo modelo de desarrollo, que reemplace al neoliberalismo cuyo resultado ha sido aterradoramente desfavorable para las mayorías. Dicho modelo debe integrar la soberanía, el crecimiento económico equilibrado, proporcional y de largo plazo con la armonía con el medio ambiente y el bienestar individual y colectivo. Para lograrlo, el Estado debe garantizar, en primer lugar, el bienestar de los trabajadores impulsando la estabilidad en la contratación, salarios reales crecientes, pleno empleo y un sistema de seguridad social gratuita, universalista y de calidad. En segundo lugar, debe controlar los sectores estratégicos de la economía –finanzas, minería, energía y servicios públicos- y, en tercer lugar, crear un sistema de bienestar social –que abarca la educación, la salud, la recreación, la cultura y la ciencia- también gratuita, universal y de calidad.

4. Garantizar la soberanía nacional tomando medidas para proteger la producción nacional, limitando la acción de las transnacionales en Colombia, expulsando a aquellos monopolios envueltos en crímenes de lesa humanidad y sancionando ejemplarmente a sus dueños y alta administración. Así mismo, cesar la intervención política del gobierno de los EEUU y su embajada en Bogotá, prohibir cualquier apoyo de USAID a las organizaciones de extrema derecha y a quienes se oponen a la paz y poner fin a la intervención militar del gobierno norteamericano retirando sus asesores militares y policiales, sus agencias de inteligencia y las agencias privadas, interrumpiendo la financiación de la guerra y el avituallamiento de las fuerzas armadas.

5.Avanzar en la integración de Colombia a la gran nación latinoamericana profundizando nuestra relación con los países que componen Unasur, construyendo una nueva agenda donde los procesos de integración política, militar, social y económica del área sean prioridad para el Estado colombiano, entre ellas la integración financiera, la integración energética, la integración productiva, comercial, vial y de mercados. La única manera viable de superar la dependencia es a través de una fuerte integración latinoamericanista.

 

Esta es la Declaración política de las organizaciones y personalidades asistentes al Foro, “Multinacionales, Violencia, Libertad Sindical y Democracia en Colombia”, llevado a cabo en Bogotá D.C. los días 26 y 27 de julio de 2012, en conmemoración de los 30 años de Sinaltrainal.